Al igual que en la campaña electoral de 2016, la migración irregular por la frontera con México es el tema predilecto de Trump, cuya retórica parece radicalizarse a medida que se acerca la fecha de las elecciones presidenciales del 5 de noviembre.
En una entrevista Trump acusó a su rival demócrata, Kamala Harris, de haber permitido la entrada de “asesinos”. A finales de septiembre el congresista republicano Tony Gonzales difundió una carta con cifras del Servicio de Control de Inmigración y Aduanas según la cual habría 425 mil migrantes con condenas penales que viven en libertad en el país, incluidos más de 13 mil condenados por homicidio.
Trump usa estas cifras para estigmatizar a los migrantes y asegura que entraron en el país durante el mandato de Joe Biden. Por ello ha amenazado con una deportación masiva si recupera las llaves de la Casa Blanca.
Cuando en realidad los cruces de migrantes por la frontera con México han caído, sobre todo desde junio. La patrulla fronteriza estadounidense dio cuenta de 107 mil 503 interceptaciones en agosto en comparación con más de 300 mil en diciembre pasado.