
Guanajuato
A unos meses de cumplir 300 años, el Templo del Señor de Villaseca que fue edificado en el año de 1725, ubicado en el barrio de Cata sigue mostrando el esplendor religioso y minero que han caracterizado a la ciudad de Guanajuato desde la lejana época de colonia.
Este centro religioso que tuvo su origen en el año de 1618, cuando el hacendado español, Alonso de Villaseca envío la figura del Cristo Negro a la Nueva España para difundir la religión católica se ha transformado en un destino nacional para los practicantes del catolicismo.
Situado a un costado del Mineral de Cata, el templo es una pieza inigualable de la arquitectura churrigueresca y con sus altares chapeados en oro, que muestran la riqueza y el esplendor de la actividad minera desde hace cientos de años en Guanajuato, sobresale en la zona norte de la ciudad.
A lo largo de tres siglos, esta iglesia ha logrado mantenerse como un centro de atracción por la imagen del Cristo Negro, de cual existen otras figuras similares en las ciudades de Ixmiquilpan y Zacatecas, que por cientos de años han logrado atraer miles de visitantes.
De acuerdo con el calendario de las celebraciones religiosas, la festividad anual en honor al Señor de Villaseca se celebra el día de la Ascensión de Cristo, que se conmemora 40 días después del domingo de resurrección.
En pleno siglo XXI la obra que ejecutó Juan Martínez Soria se mantiene en pie y representa el principal centro religioso de la ciudad de Guanajuato, el cual recibe a miles de visitantes de varios estados del país, a lo largo del año.