
Celaya, Guanajuato
El Director de Fiscalización, Eduardo Griss Kauffman, expuso que durante administraciones pasadas se exigía el pago de “multas de sangre”. Eran superiores a los siete mil pesos a bares o restaurantes donde ocurrieron hechos violentos con víctimas mortales.
Esto sin que dicho cobro estuviera estipulado en reglamento alguno. Estas sanciones arbitrarias impedían la reapertura de los establecimientos que las saldaran, una práctica que eliminó por la actual administración.
Griss Kauffman señaló que, bajo el actual gobierno municipal, los negocios involucrados en estos hechos reciben acompañamiento institucional para reanudar actividades una vez concluidos los trabajos periciales de la Fiscalía.
La nueva política busca evitar cargas adicionales para los empresarios y garantizar la legalidad en todos los procedimientos, sin imponer sanciones fuera del marco reglamentario.
“En todo momento hemos apoyado al empresario a abrir lo más pronto posible, evitando una multa que no está tipificada, entonces las multas anteriores iban de 7 hacia arriba, que fue los datos que tenemos, y yo creo que las calificaban de acuerdo al humor que andaban, de manera irresponsable. Hoy nosotros damos esas facilidades para que puedan regresar a sus actividades comerciales.
¿Siete mil o más? Justo le iba a preguntar, ¿estas estaban especificadas en el reglamento?
Eduardo Griss Kauffman, Director de Fiscalización de Celaya
No, definitivamente no, y se venían cobrando…”
El director destacó que los propietarios recibieron positivamente la eliminación de estas multas inexistentes, al considerar que se restablece un trato justo y legal.
Mencionó que esta nueva disposición ya ha permitido la reapertura inmediata de lugares como Bora Bora y San Telmo, sin condicionamientos económicos irregulares. Así reafirman el compromiso institucional con la transparencia y el respeto al reglamento vigente.