
Manuel Guerrero, el ciudadano mexicano que estuvo preso en Qatar por ser gay, regresó a casa tras seis meses de una intensa batalla judicial. Guerrero, también de origen británico, pasó seis meses en un centro de detención en Doha.
Fue sometido a tortura y falta de acceso a medicamentos contra VIH. Sigue enfrentando consecuencias del maltrato psicológico.
Y es que obtener sus medicamentos era una batalla diaria en una lucha permanente contra la homofobia de Estado. También presenció malos tratos, en especial castigos como latigazos contra otros prisioneros. Mientras Manuel estaba en prisión, la compañía aérea para la que trabajaba decidió despedirlo, por lo que perdió sus ingresos.
En febrero pasado, Guerrero fue detenido con engaños, cuando se dirigía a una cita.
La policía del país árabe creó un perfil falso en una aplicación para concertar una cita. Hoy, con el apoyo de la organización Amnistía Internacional y su hermano Enrique, abogado y activista, Manuel logró salir de Qatar, donde vivía desde hace siete años y ya se prepara para volver a estar con su familia.
La detención de Manuel truncó una carrera de 18 años, que incluye cargos en los mostradores de las aerolíneas, sobrecargo y empresas en México, Londres y Alemania.